José Luis Ortiz Flores.
Como consecuencia de una serie de medidas y estrategias del Gobierno, se prevé que el PIB crecerá más del 1.5% en 2020.
El Gobierno asignó miles de millones de dólares a grandes proyectos de infraestructura, y ofreció incentivos económicos a la población en general para impulsar la demanda agregada.
Estas medidas han dado como resultado que la actividad turística sea muy cercana al 80% del 2019 y los ingresos por esta actividad estén cerca del 70% del año pasado; asimismo, las entradas para las salas de cine representaron, sólo la semana pasada, $580 millones de dólares; en general, se está regresando a la normalidad y el consumo, especialmente en el sector servicios, está en franca recuperación.
Por otro lado, la actividad manufacturera ha tenido un repunte de seis meses y los pequeños negocios están en expansión. El sector servicios tiene su más alto nivel en los últimos siete años.
Todos estos datos son ciertos y reales para el 2020, en lo que respecta a República Popular China, (https://edition.cnn.com/2020/10/10/economy/china-global-economy-intl-hnk/index.html) un país con un sistema de gobierno socialista.
Es importante, que los directivos y empresarios no se confundan. Algunos gobiernos latinoamericanos se han vendido como representantes del sistema socialista y, en lo que se refiere al marketing político, les ha dado resultado en las urnas; sin embargo, nada más alejado de esto. Estos gobiernos no tienen los ideales, ni los valores de justicia e igualdad de algunos otros sistemas respetables. Estos gobiernos de las últimas décadas son, simplemente populistas. (https://redintegralis.live/2020/06/14/a-two-sides-mexican-regulatory-game/)
Gobiernos muy hábiles en el marketing político, que conocen las reglas del sistema y saben jugar con ellas, pero nada más. Algunos secretarios de estado, que han pertenecido a estos sistemas, han denunciado la falta de estrategia, ideología y congruencia en estos sistemas. Lo anterior, sólo como una referencia a su falta de capacidad estratégica y operativa, en lo que a desarrollo económico y social se refiere. No hay una vocación estadista de desarrollo, sólo el interés político.
Tomando estos dos escenarios en la actualidad internacional: por un lado, China como potencia mundial y por otro, algunos países latinoamericanos engañados por un brillante marketing político, las empresas deben prever un dinamismo económico y social muy distinto para los próximos años: reacomodos en las cadenas de valor global, donde China tomará ventaja de economías totalmente disminuidas; una inversión extranjera saliendo de estos países latinoamericanos hacia mercados más sólidos y seguros (China ha eliminado diversas barreras para la inversión extranjera en dicho país); lo anterior, con las consecuencias sociales asociadas.
Tengamos claridad de estas nuevas dinámicas, para hacer los ajustes necesarios en las estrategias y lograr cumplir con los objetivos empresariales.