Hasta hace unos años, la responsabilidad social corporativa (RSC) era un tema ajeno a muchas empresas, incluso grandes corporaciones no tenían idea de qué hacer o cómo hacerlo y no lograban ver el beneficio que traía consigo la RSC.
Con el paso de los años se han realizado grandes esfuerzos y la RSC, ahora las empresas ya no pueden elegir si son socialmente responsables, ya es una obligación moral el serlo y lo mejor es que se tienen todas las herramientas para lograrlo.
Hoy ya no se busca ‘quedar bien con la sociedad’ las empresas han encontrado un valor social, económico y ambiental, es mucho más integral y se está adhiriendo al ADN de las compañías, las cuales han sabido sacarle ventaja… ¿tu empresa es una de estas?
Pero la RSC puede que se pierda en el mar de pymes que hay en México, donde el tejido empresarial está constituido en más de un 95% por micro, pequeñas y medianas empresas -esto de acuerdo a cifras del INEGI- lo cual indica la importancia de reforzar los compromisos que puede este sector.
El efecto que tienen las grandes empresas para crear programas de responsabilidad social es fundamental porque cada vez hay más conciencia entre las pymes respecto a la RSC, ya que se observa el beneficio tangible -económico- e intangible -social / ambiental- de implementar programas… el problema es que a veces no saben cómo hacerlo.
Actualmente, es muy poco el esfuerzo que en este sentido se ha hecho en las pequeñas y medianas empresas, en donde particularmente no llegan a mil las que cuentan con el distintivo de socialmente responsable, por diferentes motivos / excusas.
En el 2019 ‘Responsable’ realizó un estudio sobre el panorama de la RSC en México, en donde solamente el 15% de las empresas de las pymes ven a la responsabilidad como una estrategia de negocio y más del 25% ven esta área como un gasto o inversión para la misma organización, por lo que deciden no emprender.
Al tener a la RSC relegada, las pymes a menudo las pymes no designan a nadie en particular para atender este tema y en caso de que sí cuenten con un responsable este no cuenta con los estudios sobre el tema y sus conocimientos son meramente empíricos.
Ahora bien, el consumidor es quien tiene la última palabra y en los últimos años se ha tenido un cambio de paradigma en el cual cada vez son más los consumidores que toman una decisión de compra de acuerdo a las políticas o acciones que realiza una empresa en temas de RSC.
Temas como si el producto es de fuentes sostenibles, si el empaque es biodegradable, si la política interna es justa, si realizan acciones sociales/ambientales, si se involucran con su comunidad, si emplean a personas con capacidades diferentes… estos y muchos ejemplos más ahora son el foco cuando el consumidor quiere comprar algo, ya no basta el hecho de ofrecer un producto/servicio.
El consumidor valora la responsabilidad social, de acuerdo con el estudio Responsable, más del 65% de los clientes acepta que siempre o frecuentemente elegiría un producto de precio y calidad similar seleccionaría una marca que sea reconocida por sus esfuerzos en responsabilidad social e incluso más del 60% estaría dispuesto a pagar un sobreprecio por este esfuerzo; están los casos de Adidas con sus tenis de materiales reciclados, café avalado por fair trade, consumidores que dejan de comprar productos porque no traen el distintivo de aceite de palma sostenible.
Los clientes han demostrado que están dispuestos a pagar o consumir a aquellas pequeñas y medianas empresas que buscan destacar y liderar en ser responsables y demostrar que están a la altura de las grandes empresas.