Considero que este artículo de El Economista es de gran interés. Lo que se puede apreciar en las encuestas que se mencionan como respaldo del artículo, es una expresión de las “motivaciones” o “expectativas” de quienes están ya ocupando un puesto o de aquellos en busca de una organización que les presente condiciones que satisfagan dichas expectativas, las que básicamente comprenden tres grandes aspectos: una buena conciliación entre la vida laboral y personal, remuneración y beneficios excelentes, y seguridad laboral.
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Es importante destacar que, en estos estudios, se ha revelado como una de las necesidades de más alta demanda el aspecto de la “flexibilidad laboral”, sin duda como consecuencia de casi dos años de haberse adoptado el modelo de trabajo a distancia en un gran número de empresas y organizaciones.
Sin embargo, lo que considero de la mayor relevancia es lo que se ha expuesto como una conclusión del estudio, acerca de la contradicción que existe a raíz de la pandemia, y es que por un lado las expectativas, intereses y prioridades de los trabajadores se han ampliado y proyectado sensiblemente, además de volverse más urgentes; y por otro lado la oferta de condiciones de trabajo de las empresas no se ha incrementado en la misma medida, es decir que hay una clara “desconexión” entre las demandas de los trabajadores y la respuesta de los empleadores.
Desde luego que no se puede comparar la capacidad de respuesta a estas necesidades de los trabajadores de las empresas grandes y medianas, con las empresas pequeñas, que muchas de ellas están sobreviviendo bajo un régimen de austeridad total y bajo condiciones realmente críticas.
En este contexto, sería muy útil cerrar el círculo, y que los organismos que realizan estos estudios nos mostraran “la otra cara de la moneda”, es decir el cómo están actuando las empresas en sus diferentes estratos, cuales sus expectativas y perspectivas ante la situación a raíz de la pandemia, cuál es su oferta posible de beneficios laborales ante la situación de hoy y de mañana, cuáles son sus estrategias para motivar y retener al capital humano, lo que sin duda es una condición para la subsistencia de cualquier empresa.
También sería conveniente entender con claridad lo que pasa actualmente y lo que se ve hacia el futuro próximo en cuanto a una cruda realidad, y es que muchos trabajadores formales e informales perdieron sus empleos, o tuvieron que aceptar la disminución de sus salarios, por lo que su motivación o expectativa fundamental es simplemente no perder el empleo, aunque con una remuneración insuficiente.
Una reflexión final: Las organizaciones y empresas en el contexto actual tienen ante sí un reto enorme, y para ello es indispensable cerrar filas entre todos los que participamos en el fenómeno del trabajo de tal forma de apoyar a estos actores con soluciones urgentes, realistas, económicas e innovadoras.
Red Integralis