José Luis Ortiz Flores
¿Cuánto tiempo nos llevará revertir el daño que le estamos haciendo a nuestro planeta, a nuestro medio ambiente? El tiempo es relativo.
La sociedad en general es cada vez más consciente de esta responsabilidad, de esta urgencia; nuestros niños y adolescentes lo ven como algo lógico, natural y muy relevante, y así nos lo expresan tanto en casa, como en diversos foros públicos.
Asimismo, esto ha sido una de las reflexiones más claras de buena parte de la sociedad durante esta pandemia; era uno de los cuatro puntos que la Conferencia Nacional de Gobernadores quería plantearle al Gobierno Federal en su última reunión del mes de agosto (https://redintegralis.live/2020/08/16/una-oportunidad-para-corregir-el-rumbo/), pero al parecer no hubo avances significativos. La normatividad ambiental en nuestro país vive tiempos inciertos; por lo tanto, en el plazo que nos llevará revertir el daño a nuestro medio ambiente, el tiempo es relativo.
Estados Unidos tenía programado utilizar una mayor proporción de energías renovables en lugar de utilizar el carbón para el año 2031; este cambio en la utilización de combustibles energéticos se logrará a finales de este mismo año, adelantándose once años a las proyecciones. Pero Estados Unidos no es un país líder en estos temas: la producción energética en Inglaterra por medio del carbón dejó de ser relevante hace seis años; en toda la Unión Europea las energías renovables produjeron más electricidad que los combustibles fósiles en los primeros seis meses de este 2020.
Una posible correlación de este atraso en los Estados Unidos es que desde hace poco más de tres años Estados Unidos tiene un presidente que no cree (o cuando menos así lo expresa) en el calentamiento global, mientras que en esos otros países hay un consenso general a favor de reducir las emisiones de efecto invernadero y políticas nacionales consistentes para dejar de utilizar el carbón como energético. A pesar de las creencias de su presidente, Estados Unidos ha venido reduciendo la utilización del carbón, aún durante la administración Trump (https://www.bloomberg.com/opinion/articles/2020-08-17/coal-is-in-spectacular-u-s-decline-despite-trump-orders).
En México, hace algunas semanas el Gobierno Federal publicó un acuerdo y una política en generación de energía eléctrica que bloquean a las energías renovables; es ahora el Poder Judicial quien ha otorgado amparos contra esta política (https://www.oilandgasmagazine.com.mx/conceden-suspension-definitiva-a-amparo-contra-politica-de-confiabilidad-del-sen/). Como se ha comentado con anterioridad, los gobernadores de diez estados de la República han también expresado su rechazo a esta política federal contra las energías renovables; este es un claro ejemplo de que el tiempo que nos llevaremos para revertir el daño a nuestro medio ambiente, es relativo.
Es relativo, porque depende de diversos actores en este juego (Poder Ejecutivo, Poder Judicial, Entidades Federativas, empresas, organizaciones civiles, ciudadanos), diferentes actores con diferentes criterios sobre esta necesidad.
Tomando como referencia Estados Unidos, donde a pesar de las creencias de su presidente, se ha logrado disminuir la proporción en la utilización de combustibles fósiles a niveles inferiores que la utilización de energías renovables, una vez más vemos que las acciones y los resultados son relativos, y dependen de diversos actores.
México ha venido construyendo una normatividad ambiental durante décadas (https://redintegralis.live/2020/07/05/compliance-ambiental-y-la-nueva-normalidad/); esperemos que no se retroceda a nivel federal; pero incluso si así fuere, las acciones para reparar el daño a nuestro medio ambiente pueden depender de nosotros como individuos, de nosotros como empresas y de nosotros como sociedad. Hagamos de esta relatividad, una oportunidad para cambiar nuestros hábitos de consumo y de comportamiento. No lo dejemos todo al Gobierno, seamos copartícipes y responsables. Hagámoslo por nosotros, por nuestros hijos, por nuestro país.