José Luis Ortiz
Red de Consultores
Como ya lo hemos señalado antes, estos meses han provocado cambios en la jerarquización de diversos factores (http://redintegralis.live/2020/05/09/las-cadenas-estan-rotas/); quizá uno de ellos es el apego a la normatividad, y hoy existen condiciones más claras para entender que el cumplimiento normativo es buen negocio.
Tradicionalmente, muchas PYMES tenemos dos condiciones con respecto al cumplimiento normativo: 1) desconocimiento y falta de interés en las actualizaciones a la normatividad que atañen a nuestro negocio en específico y 2) una tendencia (posiblemente cultural) “a darle la vuelta” a la normatividad.
Por otro lado, en los últimos meses han sucedido dos fenómenos en la sociedad mexicana: 1) una consciencia de la importancia del respeto a las leyes, frente a un Gobierno que desprecia el Estado de Derecho, o al menos así lo aparenta; 2) un sentido de solidaridad entre la sociedad civil y entre los eslabones de las cadenas productivas, incluyendo en estos eslabones a los trabajadores.
Estos dos fenómenos, pueden representar una oportunidad para mejorar el sector productivo nacional, ayudando además a entender más fácilmente lo que siempre ha estado ahí, que el cumplimiento normativo es buen negocio.
El cumplimiento normativo, incluye normas específicas de nuestra industria, además de temas ambientales, anti-corrupción, sanitarios, de derechos humanos, laborales, entre otros.
Un negocio y una empresa sustentable, con miras a perdurar varios años, entiende la relación de cuidar a sus colaboradores, a sus clientes, a su gobierno y a la sociedad en general, con el bienestar de la empresa misma (https://redintegralis.live/2020/03/19/el-crecimiento-sostenible-y-a-ser-socialmente-responsables-tambien-es-cosa-de-pymes/ ). Es decir, si mis trabajadores, mis clientes, mi sociedad, el medio ambiente están bien, es más factible que la empresa goce de un bienestar y una ventaja competitiva sostenidos.
Ahora, entendamos que muchas veces la normatividad marca tan sólo un “mínimo indispensable” para cumplir la ley. En nuestras empresas, queremos más que “el mínimo indispensable”. Si entendemos esto, en consecuencia, queremos al menos tener un cumplimiento normativo en todas las áreas, para tener una ventaja competitiva sustentable, más allá de que, además de esta forma prevenimos posibles sanciones y responsabilidades administrativas y probablemente hasta penales.