En Fundación Inclúyeme buscamos incidir en la vida de las personas adultas con discapacidad intelectual, con el propósito de lograr una plena inclusión y mejorar su calidad de vida.
La inclusión laboral, es parte indispensable de este proceso de dignificar y empoderar a las personas con discapacidad intelectual. En Inclúyeme, hemos insertado laboralmente a 145 personas, de las cuales, el 86% son personas con discapacidad intelectual. Esto significa un gran logro, considerando que esta discapacidad es la más relegada cuando se habla de inclusión laboral.
Actualmente, las personas con discapacidad intelectual se enfrentan a barreras sociales que les impide o dificulta poder incluirse laboralmente. Es por esto que como parte del proceso de inclusión laboral, brindamos capacitación y sensibilización a empresas para asegurar procesos de empleabilidad exitosos, así como el acompañamiento y monitoreo de las personas con discapacidad intelectual para asegurar que puedan ejercer su derecho a tener un empleo decente.
Pero ¿es suficiente contar con un empleo para hablar de una inclusión plena? Definitivamente no. La inclusión no sólo se refiere al acceso a los lugares, no podemos pensar que por el hecho de que una persona vaya a una empresa a trabajar, está incluida. La inclusión habla de la participación, más que del acceso, de las personas en los diferentes servicios que ofrece su contexto.
Para que esto sea mucho más claro, recordemos, ¿cómo fue nuestro primer empleo? Seguro fue una situación en las que nos sentimos con emoción, pero al mismo tiempo con temor y dudas. Tener un empleo no se reduce a llegar a una empresa y simplemente comenzar a trabajar, significa enfrentarte a nuevas situaciones: como asistir a una (o varias) entrevistas de trabajo, enfrentarse a momentos de estrés, modificar nuestros tiempos, tener una nueva rutina, identificar rutas de acceso, conocer a personas nuevas, aprender a administrar el dinero, etc.
Es por esto que, Fundación Inclúyeme en coinversión con fundaciones nacionales e internacionales, creó un proyecto en el que, como parte del proceso de inclusión laboral, los usuarios o candidatos del programa, serán becados para que recibir capacitación y acompañamiento para el desarrollo de habilidades pre laborales, uso de la comunidad y acompañamiento emocional.
El proyecto de desarrollo de habilidades pre laborales se centrará en el entrenamiento para el desarrollo de un currículum atractivo para las empresas, así como el desarrollo habilidades para enfrentarse a una entrevista laboral.
El entrenamiento en el uso de la comunidad estará dirigido al uso del transporte público de manera eficiente y segura. Comenzado con el conocimiento de las rutas de acceso de sus domicilios a sus lugares de trabajo, para posteriormente expandirlo a otros lugares de su comunidad.
Finalmente, el acompañamiento emocional, se encaminará a brindar asesoría terapéutica con la finalidad de asegurar el equilibrio y bienestar emocional de los usuarios del programa, considerando que el cambio en sus rutinas y/o funciones pueden ocasionar ansiedad y desconcierto, y esto a su vez, aumentar las posibilidades de un fracaso laboral.
Incluir a personas con discapacidad intelectual no se trata de un proceso de selección y reclutamiento más; requiere de un cambio de paradigma donde se considere que son personas complejas e integrales, que requerirán de apoyos para participar en los diferentes contextos de la comunidad. Contar con los apoyos necesarios y personalizados, facilitarán la exitosa inclusión laboral de más personas con discapacidad intelectual.